martes, 5 de mayo de 2009

Las almas gemelas


En el principio de los tiempos se creó un TODO y se llenó de vida; luego se dividió en dos y cada una de esas dos partes se reencarnó en dos seres diferentes. Deberían evolucionar cada una a través de vidas separadas. Así nacieron las almas gemelas, ese es el concepto de su existencia y la razón del por qué están separadas.

Sin embargo, aunque nacemos en cuerpos diferentes, la unión de esas almas no termina jamás y a través de muchas reencarnaciones estaremos juntos, cada una en un escenario diferente, viviendo vidas paralelas, con las mismas experiencias, pero no nos reconocemos desde el primer instante porque falta evolución y por eso necesitamos de otras relaciones. Pero el reencuentro al final, es inevitable.

Las almas gemelas tienen los mismos intereses, su atracción no es sólo física o sexual y la ternura ocupa sus instantes y sus miradas. Ese amor trasciende la edad, la materia, la raza, el credo, las distancias. Al verse, sienten una infinita necesidad de abrazarse y besarse y expandir las energías de sus corazones. Ambas desean crecer espiritual e intelectualmente, se incentivan mutuamente por ese crecimiento personal, no existe entre ellas el egoísmo ni la individualidad y tienen el deseo, aunque inconsciente, de llevar a cabo su misión juntos.

Se complementan en todos los sentidos... ¡casi piensan lo mismo! Se aceptan, se respetan, hacen planes para el futuro, se quieren como son. Si se pelean parecen marchitarse y buscarán rápidamente aclarar sus malentendidos, con humildad y generosidad el uno por el otro. Y su amor crecerá cada día más y más. Se dan cuenta que aunque separadas han estado buscándose siempre, ahora comprenden el por qué de la espera, por qué la alegría de vivir y por qué los corazones no se cerraron a la llegada del amor, nunca. Sus experiencias pasadas fueron la preparación para el reencuentro.

Las almas gemelas se atraen más fácilmente cuando los dos tienen buen humor, son activos, vivaces, conversan largamente, la música los transporta a su lugar original. Buscan el éxtasis y lo disfrutan. Hacer el amor es una experiencia que cobra un inusitado significado y en un indescriptible instante de esa unión, logran reconocer a través de sus ojos, el alma que estaban buscando y entonces... ¡sabrás que esa es tu otra mitad!

Cuando la soledad duele más, aparece al fin. Pueden pasar años, pero en el fondo de tu corazón, sabrás siempre que existe y cuando llega, el Planeta entero se confabula a favor de ese encuentro y comienzan a desencadenarse toda suerte de acontecimientos para que finalmente estén juntos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ojalá lleves razón, amiga, pues mi alma gemela no aparece de ninguna de las maneras. Y mira que la busco, pero nada. No hay forma de que me dé una oportunidad. En fin, yo creía en esto con todo mi corazón. Pero ya empiezo a dudar. Me duele tanto la soledad. Besos, guapa. Un texto genial. Cuídate mucho y suerte.

TORO SALVAJE dijo...

Es muy esperanzador.
Veremos.

Saludos.

el piano huérfano dijo...

Dificil encontrar alma gemela, quizás tenemos que conformar con algo que no es tan gemelo pero que podemos convivir con sus defectos y virutdes, un punto realista,siento si rompo seueños....
un abrazo fuerte, Rachel, me alegro volver a leerte

e-mar dijo...

¡Vaaaya!...Me he quedado muerta leyendo esto. Es exactamente lo que yo pensaba de las almas gemelas, y no lo he leído en nigún otro sito, lo aseguro.Simplemente lo sentía, lo intuía.
Espero que el universo siga confabulando para reunirme con la mía, que ya es hora.
Un beso