miércoles, 22 de octubre de 2008

Ricardo Ortega. In memoriam


Hace 4 años que Ricardo Ortega fue asesinado en Haití. Fue una gran pérdida. Ricardo era un periodista de los que ya no quedan, era un reportero de guerra, se jugaba la vida por contar la verdad, por contar las cosas tal y como eran. Sin engaños y sin dejarse presionar por nadie, ni siquiera por el gobierno del pp que gobernaba en aquél momento. Verlo en Irak o en Afganistan con el casco puesto y escondido detrás de un coche para estar al filo de la noticia ponía los pelos de punta, pero así era Ricardo, un periodista de los pies a la cabeza. No lo conocí en persona pero sentí mucho su muerte. Muerte aún sin clarificar, pero que apunta a que fue cometida por los marines estadounidenses.
Os dejo la carta que escribieron sus padres este año tras el juicio de Haití:

Comunicado de la familia de Ricardo Ortega:

Después de cuatro años, la justicia de Haití se ha pronunciado sobre el asesinato de nuestro hijo, Ricardo Ortega. El auto del juez exculpa a las personas imputadas y considera que los autores de la muerte de mi hijo fueron militares extranjeros. Confirma lo que ya se apuntaba en la investigación realizada por periodistas compañeros de Ricardo y que señalaba a marines estadounidenses como los autores de los disparos.
El juez, en el despacho del Fiscal General, y mientras nos explicaba esta instrucción, se refirió a los autores de los disparos como americanos. El auto recoge testimonios que, junto a la investigación y a las imágenes grabadas por Ricardo, nos permiten saber lo que ocurrió:
Ricardo se encontraba refugiado en un patio de vecinos de la Rue Lamarre, junto al cine Capitol y a más de 500 metros del Palacio Nacional. Llegó allí en busca del fotógrafo norteamericano Michael Laughlin, que había resultado herido. Con él había otros reporteros que esperaban la llegada de ayuda para atender a Laughlin. Habían solicitado esta ayuda especialmente a la embajada de EEUU e informado del lugar en que se encontraban. Más tarde, cuando los disparos de los francotiradores habían cesado, se oyó la llegada de los vehículos de los marines, ¿para prestar ayuda? Ricardo salió al patio de la casa, exclamando “Ya están aquí”.
Pero, según algunos testigos, uno de los soldados en un vehículo tipo Hummer disparó sobre Ricardo y varios ciudadanos haitianos, sin que en algún momento se produjese un hecho que el militar pudiera interpretar como una amenaza. Llegaban a la casa donde se supone tenían que atender a un fotógrafo herido ¿y en su lugar dispararon sobre Ricardo y las propias personas que habían solicitado la ayuda?
Haití se encuentra en una situación de pobreza y precariedad que han hecho más complicado el proceso. Nosotros, sus padres, pudimos comprobar en persona esta situación en un reciente viaje a Haití, acompañando al ministro de Asuntos Exteriores Miguel Ángel Moratinos. Este tipo de gestos, así como el apoyo e interés en el caso de compañeros periodistas, organizaciones y personas cómo Michele Montas, han hecho posible que el proceso avance.
La instrucción de este auto se refiere a las personas que fueron imputadas días después del asesinato de Ricardo, el 7 de marzo de 2004. El siguiente paso es realizar una apelación con los fundamentos pertinentes para que la investigación y el proceso judicial se centre en los verdaderos autores de los disparos.
Nos parece procedente que el Gobierno español solicite, de los países con fuerzas militares desplegadas en Haití en aquellos momentos, información de su supuesta participación en lo ocurrido.
Sabemos que nos enfrentaremos con muchas barreras, que quizá no se asuman responsabilidades; por eso insistimos en la necesidad de la ayuda gubernamental, que su pública promesa de que este crimen no quede impune, se traduzca en hechos concretos.
El motivo de esta convocatoria es difundir la verdad de lo que ocurrió. Ricardo fue un periodista honesto, comprometido con la ética de su trabajo y la veracidad de la información. Por eso es importante para la familia que la verdad de las circunstancias en que fue asesinado se hagan públicas. Es probable que los autores de los disparos queden impunes, pero al menos no podrán evitar que se sepa la verdad y la gente conozca las terribles circunstancias del asesinato del periodista, de nuestro hijo, Ricardo Ortega.

P.d: Ojalá que la verdad llegue al mayor número de personas posibles. sirva este post para que al menos alguna persona pueda enterarse. En tu memoria maestro.

6 comentarios:

K@ri.- dijo...

que acotar... leyendote recorde a Jose Luis Cabezas, un tremendo periodista argentino asesinado por "el poder" hoy 11 años, seguimos esperando al autor intelectual... y la impunidad nos quita fuerza, nos provoca angustia y bronca!
ojala la justicia sea "justa" y aplaque algo del terrible dolor que le causaron a sus seres queridos.
un saludo
k@ri.-

Marinero en Marte dijo...

joder! cierto! recuerdo la noticia y recuerdo a Ricardo como enviado especial o corresponsal. Recuerdo el asesinato y lo que no recuerdo es la noticia de que se haya justicia.... es porque no la ha habido.
Ricardo Ortega, como Jose Couso, y muchos muchos muchos más que han muerto en guerras trabajando como periodistas y que nunca jamás se aclarará y se hará justicia.

(la amnesia colectiva salva a los asesinos de recibir la justicia)

Anónimo dijo...

Una tragedia. Otra de tantas. Lo peor es que el asesinato quedará impune. Los marines siempre presentes. ¡Qué pesadilla! Son como el primo de Zumosol. ¿Por qué no se quedarán en casa? En fin, no puedo cabrearme más, que voy a explotar con tanta cosa. Gracias por dejar huella en mi desván y por tus cariñosas palabras.
Un beso muy grande y cuídate.

Celia Ruiz dijo...

Qué tristeza y qué impotencia tienen que sentir las familias.
Vamos a ver qué pasa ahora con las elecciones en USA,a ver si no nos llevamos un susto.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Vine a despedirme.

Fuiste una persona especial para mí en este mundo y qué menos que decirte adiós personalmente.

No me siento con fuerzas para seguir viviendo en el desván. Necesito una existencia real, más allá de paredes virtuales.

Abrí mi espacio en este universo con la esperanza de poder comenzar una nueva vida, de conocer a personas de carne y hueso que sustituyeran todo lo que se me arrebató.

Busqué amistad, conversación, cariño, comprensión, complicidad, incluso amor; pero en un entorno cercano, que ayudara a mitigar el inmenso dolor y la terrible soledad con la que he sido condenado.

Encontré personas maravillosas, tú eres una de ellas sin duda, pero también gente que terminó por darme la puntilla como se suele decir.

La distancia terminó por pudrirlo todo además, pues me hizo caer en la desesperación de ver que todo al final se quedaba en palabras.

Así que abandono. En esta vida si algo he aprendido es que no se puede decir de este agua no beberé, por lo que no sé lo que pasará en el futuro, pero a día de hoy, pienso que es el final de Alatriste.

Necesito encontrar un nuevo aire de una vez o si no, terminaré muriendo ahogado definitivamente. Estoy al borde del precipicio y es que me siento muy mal otra vez, casi como al principio cuando Nuria me dejó.

Muchas gracias por todo lo que compartiste conmigo y fue un privilegio tenerte al otro lado. Compartir lecturas y escritos con alguien de tu talento, fue de lo mejor que me ha pasado en la vida.

Te deseo lo mejor y que la vida te dé todo aquello que mereces.
Espero que te quede algo de mí y que puedas recordarme con una sonrisa. Yo no te olvidaré.

Nunca se me dieron bien las despedidas, así que lo siento. No sé qué más decirte. Me da mucha pena todo esto.

Un abrazo y hasta siempre.

Ramón/Alatriste.

Susana dijo...

Cuatro años ya, recomiendo la lectura de Historias de Nueva York, de Enric González, y como recuerda a Ricardo Ortega.
Un saludo¡