viernes, 4 de diciembre de 2020

SIGO AQUÍ

Fuímos funanbulistas en el filo de la navaja conscientes de que antes o después uno de los dos resbalaría y acabaría cortándose con ella. Yo no quería que fueras tú así que la que caí fuí yo. Y dolió, vaya si dolió. Ambos sabíamos que iba a pasar y aun así me sorprendío que doliera tanto...
Era ese innato masoquismo mío de esperar siempre que ocurriera un milagro, un imposible, siempre la maldita esperanza de que las cosas no fueran como parecían sino como sentía que eran en mi corazón...pero me equivoqué. 
Realmente yo era irrelevante para ti.
 Todavía aún hoy no entiendo esa capacidad tuya de enterrar tus sentimientos y con ellos a las personas que te queremos. ¿ cómo puedes estar tan ciego? ¿ No ves?
Pero no te culpo más que por aliviar mi propia culpa, mi propia penitencia por encariñarme aún sabiendo que no debía hacerlo. Me avisaste, a Dios pongo por testigo de que me avisaste, pero mi alma es kamikaze y no pude evitarlo.  
Una nace  así y ya no cambia, tampoco quise hacerlo, preferí llevar tatuadas en el corazón mil derrotas que una sola de tus cobardes victorias que solo hablaban de huidas y lamentaciones, por lo que no fué, y como bien decías, ya nunca será. 
Aunque creas lo contrario los cobardes nunca ganan, y prefiero morir mil veces por tí que llevar una vida sin sentimientos y llena de huidas a ninguna parte.
No te atreviste a batir tus alas pero a mi eso nunca me frenó, yo hubiera compartido las mias aún a riesgo de estrellarnos, no tenía miedo, tampoco lo tengo ahora, aunque esté dando gritos en medio del desierto sola. 
No tuve ni tengo miedo porque lo dí todo, hice todo cuanto pude por quedarme a tu lado, por tener una oportunidad, por acompañarte en esta locura que algunos llaman vida.
Aún estoy atónita por la facilidad que tuviste de desaparecer de mi vida sin miramientos... Si al menos te tuviera para desahogarme como hicimos miles de veces...pero ya no te tengo y lo peor de todo es que tú tampoco me tienes a mi. 
Ya no podré llevarte a ver la estatua del ángel caido como planeamos, ni acompañarte al parking que contruyeron sobre el antiguo estadio. No podré enseñarte aquél maravilloso museo a cambio de un par de cervezas y no podremos rompernos los zapatos juntos de tanto andar. Juntos. 
No te haces a la idea de lo mucho que echaré de menos ese abrazo que ya no me darás nunca. Soñé con él, aquél día que debí jugar a la loteria, soñé con él, contigo, con nosotros.
Soy consciente de que no debería haber jugado con fuego porque la mano me la quemáste tú pero el corazón me lo terminé quemando yo. 
No busco ningún culpable pero ojaĺá reconocieras que también ardiste conmigo en algún momento, que no todo fué fruto de mi imaginación, que no todo fué un sueño solo mío.
Al menos déjame el consuelo de saber que no fuí tan insignificante para ti, que existimos juntos aunque fuera solo una milesima de segundo, existimos tú y yo, que no todo fué un sueño que no logro olvidar. Yo confieso que no consigo olvidarte, aunque tú no lo sepas. Yo sigo aquí.

5 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Emociona leerte.
Seguro que esa persona se acuerda de ti.

Besos.

Laura dijo...

Hay personas que son incapaces de sentir, de luchar por lo que quieren... que les da miedo el compromiso o que encuentran en la huida las respuestas a tus preguntas.
El mundo está lleno de cobardes... es una lástima.
Bonita tu manera de sentir.
Un abrazo.

Ernesto. dijo...

Bueno Rachel, qué decir de esta confesión/compartir que mantienes contigo misma...

A lo largo de la vida suelen darse situaciones como las que describes, y otras muchas de signo contrario. Y otras más de signo intermedio... ¡Y así, la vida!

No todos pasamos por el mismo aro. Funambulista, filo de la navaja, me equivoqué... No cabe duda que tu historia, tu realidad, es algo que perdura en ti... todavía. ¿Tiene fecha de caducidad? ¿Hay un altar en el cual luce un cirio encendido... para no olvidar?

A partir de un punto, cualquiera que éste sea, "los demás" dejan de ser "responsables" de lo que nos ocurra. No digo que sea tu caso.

Gran abrazo Rachel.

Pedro M. Martínez dijo...

…y no lo sabíamos. La ignorancia no exime del cumplimiento de la ley (ignorantia juris non excusat o ignorantia legis neminem excusat). La ley de la vida, una que solo está escrita en el desengaño, en el dolor, en ya te lo dije. El que no se arriesga no cruza la mar. Si te tiras a ese mar y nadas regular y además hay resaca pues. El gato escaldado del agua fría huye. Así hasta cien refranes más. Es decir que se sabe, se sospecha, se presiente, no, si esto tenía que terminar así. Me reconforta haber caído en esta tu esquina. Escribes bien, al menos del desamor o de la ausencia o de lo que imaginas o yo qué sé, escribes bien. Esto como coger una cereza, está enredada en otra y en otra y suspiro, después de tantos blogs dedicados a la poesía (¿?) erótica, un clásico, a la poesía (¿?) amorosa, una constante, a la poesía sin poesía, llegar a tu realidad (¿Era esto? ¿Seguro?), pues no lo sabía (pero ahora lo sé). Muchas gracias. Un saludo.

Recomenzar dijo...

mi me pasa lo mismo que a vos


Un abrazo Me fascina como escribes