jueves, 22 de octubre de 2009

Pompeya

Cuando volví de ella me prometí que intentaría describir lo que sentí ese día.
Creo que ese día a llegado. Quiero hablar de Pompeya. Pompeii.
Cuando llegué y puse mis ojos sobre ella me quedé sin aliento y sentí una especie de escalofrío que me recorrió todo el cuerpo hasta dejarme helada.
No pude evitar abrir la boca y quedarme consternada.
Nadie te prepara para eso. Te cuentan que es una ciudad que quedó sepultada por la lava y que se encuentra en muy buen estado de conservación, pero no te preparas para esto. Es imposible.
Te adentras en sus calles y ya no te encuentras en el día de hoy, de repente te encuentras en el mundo tal y como era hace 2000 años. Una ciudad paralizada en el tiempo, unas calles paralizadas en una era, unos muertos paralizados en el tiempo para siempre. Impresionante.
Prosigues tu camino, y a cada paso que das te impresionas más que en el anterior. Esto era una panadería, esta era la casa de un poeta, esta era la mansión de una familia rica, esto era un prostíbulo, esto es era un bar...
Tu cabeza empieza a dar vueltas y ves todo. Miras la calle en la que te encuentras, ahora vacía y silenciosa, y ves a los habitantes andar por las aceras, a los carros corriendo por el camino, a las panaderas vendiendo pan, a los hombres, en busca de un poco de consuelo, perderse en el segundo piso de un burdel....La vida tal y como era en el momento en el que se quedó paralizada para siempre en el tiempo y en la memoria.
Te invade el desasosiego y sientes que estás paseando por un lugar sagrado, un lugar repleto de ánimas que vagan sin rumbo fijo, errantes, con todas las preguntas dispersas en el aire y sin ninguna respuesta que les reconforte.
Paseando por las calles de Pompeya sientes una gran tristeza contenida en todas y cada una de sus calles, de sus casas, de sus villas...Es como si la angustia que vivieron todos sus habitantes hubiera quedada impregnada en todos los puntos de ella y no hubiera manera humana de consolarla.
Entras en la villa del misterio y lo sientes todo..sientes lo que vivieron, entiendes la angustia que pasaron, su sufrimiento...Y os juro, y yo nunca juro, que también sientes la presencia de todos los habitantes de esa villa. Sientes sus preguntas sesgadas y sus susurros en tu nuca...sientes la confusión de sus almas..errantes sin saber que ocurrió aquél día que amaneció soleado como cualquier otro día...
Pompeya te deja impresionado, te derrumba, de deja sin aliento, te desarma.
Pompeii, espero que algún día encuentres el tranquilo reposo que tú y tus habitantes os merecéis.
Gracias por permitirme ver una de las más tristes maravillas del mundo. Maravillosa como ninguna, y triste, sin duda, como ninguna.

4 comentarios:

jesus dijo...

me ha recordado a una película de pink floyd en las ruinas de pompeya. Tocan echoes, y todo parece inmenso en medio de toda esa historia que nos habla desde la memoria.

p.d.: te quería proponer una idea, si puedes ponte en contacto conmigo por email, no he encontrado el tuyo. muchas gracias, rachel

TORO SALVAJE dijo...

Que ganas de conocerla me han entrado.
Iría ahora mismo.
La apunto como asignatura pendiente.

Besos.

Anónimo dijo...

Si confiesas con tu boca que Jesucristo es tu Señor y crees en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salv@.

Romanos 10.

Navegante dijo...

Gracias por darnos una pintura de este lugar, quienes no tuvimos la suerte de estar por allí te leemos con gusto.
Besos.