jueves, 13 de agosto de 2009

Adiós amigo

Mi precioso amigo de 14 años nos abandonó el Martes. Mi querido perro, ese que estaba a mi lado desde que yo tenía 13 años. El que cuando me veía triste se frotaba contra mi pierna y me miraba con esa mirada tranquila, como diciéndole, no te preocupes ,yo estoy contigo, te quiero por encima de todo, se como eres, eres buena, tranquila.
Recuerdo la primera vez que estuvo en mis manos, era tan pequeño como mi palma, negro y peludo, con orejas grandes y una mirada muy tierna, sentí un cariño instantáneo y unas ganas de protegerle enormes.
Recuerdo la primera vez que vio la nieve, aún era un cachorrillo pequeño, salio con sus patitas a pisarla y el contraste de su pelo negro sobre la nieve blanca me desdobló. Enseguida comenzó a gemir porque él aún no sabia que la nieve era tan fría y fui corriendo a estrecharle entre mis brazos y darle calor.
También recuerdo las veces que le reñí por portarse mal, por ladrar demasiado, por ponerse como loco. Eso ahora me reconcome, y sin embargo se que él siempre me perdonaba, porque me quería y me adoraba, era su ama salvadora,así de simple. Le voy a echar mucho de menos, era mi amigo, mi aliado, uno más de la familia,ahora nunca mas me volverá a mirar con esa carita, nunca volverá a lamer mis heridas para intentar curarme, nunca más me animará cuando me vea triste. He de reconocer que mi perro es el que más veces me ha visto llorar en la vida, nunca me ha gustado que la gente me vea llorar, pero con él no importaba, no iba a decirle nada a nadie, se acurrucaba junto a mi y me daba lametones, intentando, y muchas veces consiguiendo, que me calmara. Nunca más vendrá a refugiarse en mí cuando haya tormenta, yo era su faro de la guarda, donde acudía cada vez que tenía miedo, eso me hacía sentir fuerte. Nunca más podré protegerlo, y tampoco me podrá proteger él a mi. Cuidate viejito, sabes que siempre te voy a recordar, nos dejas un vació muy grande, un silencio que añoraba y que ahora detesto, un recuerdo imborrable, nunca habrá un perro tan noble y bueno como tú, nunca más. En los últimos tiempos estabas muy malito, estabas quejandote todo el rato de dolores y ya estabas ciego, pero seguías alegrándote de verme como el primer día, seguías dandome una bienvenida a casa como nunca nadie lo ha hecho, con esa alegría sincera de ver a quién quieres. Lo hiciste hasta el final, hasta el último día que te vi. Gracias por estos 14 años, espero que allí donde estés estés bien. No creo en el cielo pequeño, y si existe dudo que yo vaya a ir a él, pero sé que si existe tu estás allí, tu si que te lo mereces. Eras la inocencia personificada. Gracias por todos estos años de alegría y compañía sincera.Hasta siempre querido amigo, hasta siempre.

1 comentario:

TORO SALVAJE dijo...

Lo siento Rachel.
Que pena debes tener.

Un beso.