miércoles, 8 de marzo de 2023

HACE UN AÑO

Posiblemente no lo recuerdes pero mañana hará un año exactamente en que la vida nos dio una segunda oportunidad. 

Jamás podré olvidar ese día, los nervios que sentí porque iba a verte después de 20 años, la prisa que tenía por llegar a tu encuentro,  los vilanos cayendo de los árboles como si fueran copos de nieve mientras caminaba a tu encuentro por el arenal...verte a lo lejos...el vuelco que me dio el corazón al reconocerte...las sonrisas que se nos salían del pecho al acercarnos...parecía grabado a cámara lenta...la necesidad de tocarte para ver que eras real después de tantos años...la paz que sentí al abrazarte...sentir tú calor...aspirar tu olor...saber que estaba en el lugar exacto, en el momento exacto con la persona exacta...

Jamás en la vida había sentido algo así con nadie y la intuición y la vida me están enseñado que ésto solo pasa una vez en la vida si tienes suerte, en nuestro caso privilegiado fueron dos veces, demasiadas oportunidades que sólo dos necios desperdiciarían, pero aquí estamos, desperdiciándolas.

No puedo negar que se me saltan las lágrimas mientras escribo esto, después de  éste año es como si estuviera empezando a leer un libro que sé cómo acaba, y acaba mal, muy mal. Conmigo destrozada por si quieres más detalles.

Este año ha sido el trago más amargo de mi vida por haberme permitido vivir el amor más grande de ella.

 Si aún con todo lo que sé ahora que vendrá después me preguntas si valió la pena te diré que ha valido hasta la última lagrima que verteré el día que me muera al recordarte. 

Aquél día tocamos el cielo con las manos,  literalmente, y sólo diré que ojalá hubieras sido más valiente, ojalá hubieras actuado como debías con valentía y honestidad con los demás y contigo mismo. Yo así lo hice, tú no, tal vez porque yo te quise más a ti que tú a mí. Pero ese día hace exactamente un año, ese día, nos quisimos por igual, nos amamos hasta el alma según cruzamos nuestras miradas y tocamos el cielo con las manos, juntos. Con tus dedos entrelazando los míos, con nuestras manos y nuestras bocas unidas como un imán, si existe algo perfecto en la vida fue eso, y con eso me quedo. 

 Y qué difícil está siendo volver a la realidad después de eso. Solo los necios pueden conformarse con la mediocridad después de haber tocado algo tan sublime con la punta de los dedos. Si cierro los ojos aún te huelo, aún te siento, aún veo tú perfil aristocrático caminando junto a mí por las calles de Bilbao con nuestras manos agarradas muy fuertes y seguras de estar donde debían y con quién debían. 

Aquél día me enamoré de ti por segunda vez en mi vida, la primera vez fue con 14 años cuándo te vi por primera vez  quitándote el casco de moto con tu aire chulesco de 19 años. Las dos veces el corazón se me salió del pecho al verte y si existe el amor es eso, y de esa creencia no me mueves.

Ojalá pudieras ver el camino en la linea de la vida que estás dejando sin recorrer. Yo lo vi tan claro desde el principio...lo podríamos haber recorrido junto de la mano como aquél día, estoy tan segura de ello que duele como si me estuvieran acuchillando desde dentro del corazón, no quisiste recorrerlo conmigo y aún estoy asimilándolo. 

Pero hoy solo quiero recordar ese día, el día en te volví a amar y conocí el amor verdadero. El día que entendí que amar también es dejar ir a quien no quiere quedarse, aunque te mate por dentro hacerlo.

martes, 14 de febrero de 2023

DEJAR DE SENTIR

Salgo de trabajar y decido sentarme en la terraza de una cafetería en el centro de la ciudad. Asombrosamente el ambiente está muy tranquilo y el sol, que por fin se ha dignado a aparecer después de casi tres meses sin verlo, me calienta la cara. Cierro los ojos mientras saboreo un sorbo del café que estoy tomando y siento los rayos del sol calentando mi piel. Por un instante sonrío, solo por un solo instante, luego la sonrisa se me congela en los labios antes de desaparecer.

Vuelvo a abrir los ojos y el mundo sigue girando ajeno a mí, observo a las personas que pasan por delante de la terraza andando tranquilas y distraídas, cada una con su vida y su propia historia, enfrascadas en sus pensamientos y sus quehaceres diarios. Mis ojos se detienen en un hombre de mediana edad que camina rápidamente y  lleva un gran ramo de rosas rojas entre los brazos, me fijo en su mano izquierda y compruebo que lleva un anillo de casado, me pregunto si el ramo que lleva será para su mujer o para su amante. No puedo evitar ese pensamiento y me entristece, antes no hubiera pensado algo así, antes, cuando yo aún era yo. 

De repente sin querer mis ojos se desvían hacia la parada de taxis que está justo al lado de la cafetería donde me encuentro,  los taxistas parecen estar aburridos sin mucho trabajo, apenas hay gente por la calle y hace buen tiempo, la mayoría de ellos están mirando su móvil, absortos con ellos, ajenos al mundo exterior, ajenos a mí. 

Un relámpago me atraviesa el pecho y vuelvo a cerrar fuerte los ojos, no quiero ver a los taxistas, las lágrimas se me atragantan en el pecho y pienso en ti. 

En el huracán que llegó a mi vida sin avisar para llevarse todo por delante y después desaparecer sin dejar rastro. Ni siquiera ha quedado rastro de mí misma, ni de mi sombra, ya no quedan ni siquiera rastro de mis cenizas. Ya no queda nada de mí. Te has llevado todo. Ya no queda nada.

Aprieto fuerte los párpados pero no puedo evitar que una lágrima se me escape rabiosa deslizándose por mí mejilla sin piedad. Tenso fuerte los labios para sofocar el grito que pugna por salir de mis entrañas, la respiración se me entrecorta, el llanto contenido me quema la garganta, el dolor se debe estar reflejar en todo mi cuerpo. No puedo disimular siempre.

Un albañil que está almorzando en la mesa de al lado y al que he visto cuándo me he sentado en mi mesa me pregunta si estoy bien. Asiento con la cabeza sin abrir los ojos. 

- Sí - le contesto en un susurro - estaré bien. 

Porque es la verdad pese al dolor, porque es la verdad pese al recuerdo, porque es la verdad pese a la herida, porque es la verdad pese al nudo en la garganta que se me está haciendo bola y amenaza con estallar en sollozos inconsolables. 

Porque es la verdad pese a estar rota por dentro. Porque en este instante me acabo de dar cuenta de que empiezo a aceptar la realidad y al hacerlo empiezo a perdonarme, a tener piedad de mi misma.

Abro los ojos y respiro profundamente, el albañil me mira de reojo pero ha debido comprender que hay cosas que no pueden resolverse más que por uno mismo y no dice nada. 

Termino de un trago el café que se me ha quedado frío y me levanto de la mesa, me abotono bien el abrigo porque de repente el frío se apodera de mí y me siento congelada, comienzo a caminar sin rumbo fijo, supongo que hacía mi destino, sea cual sea, porque yo ya no sé nada, porque yo ya no sé ni quién soy,  porque el castillo en el aire que había construido se ha derrumbado y ya no quedan ni los escombros, en su lugar solo queda ruina y desolación, ya no queda nada de él, ni siquiera podrán volver a florecer los eguzkilores a los que tanto amé. El solar está completamente muerto, como yo. 

¿ Se puede caminar estando muerta por dentro ? Parece que sí.

¿ Cuántos errores tenemos que cometer en la vida para aprender una lección ? y cuando aprendemos esa lección ¿ Cómo es posible que la lección que nos viene a continuación sea aún más dura y más cruel ? 

Sé que todo es un aprendizaje y como bien dijo Borges " uno aprende y aprende, y con cada día uno aprende..." 

Pero he de reconocer que hoy estoy muy cansada de aprender, más que cansada estoy agotada, completamente extenuada, ya no puedo más. 

Solo quiero parar, respirar, tumbarme en una esquina y llorar todas las lágrimas del mundo hasta quedarme vacía.

Hay días en los que no pido nada más que dejar de sentir. Un botón que apague los sentimientos. 

Dejar de pensar . Dejar de sentir. Poder olvidarte. 

sábado, 22 de mayo de 2021

SiGO VIVA

Aún respiro, aunque a veces me cueste, aún respiro.

Sigo viva, aunque a veces me cueste, sigo viva. 

Volveré, no se cuándo, no se cómo, pero volveré. 

Al final escribir es un bálsamo para las heridas, y aunque no cura las cicatrices al menos las atenúa.

Te sigo echando de menos.

Y echo de menos lo que no fuímos, el Madrid que no recorrímos, el barrio de caballito que ya no veré nunca, incluso a esa torre fea enfrente de tu ventana la echo de menos...lo que no fué siempre pesa un poco más. 

viernes, 4 de diciembre de 2020

SIGO AQUÍ

Fuímos funanbulistas en el filo de la navaja conscientes de que antes o después uno de los dos resbalaría y acabaría cortándose con ella. Yo no quería que fueras tú así que la que caí fuí yo. Y dolió, vaya si dolió. Ambos sabíamos que iba a pasar y aun así me sorprendío que doliera tanto...
Era ese innato masoquismo mío de esperar siempre que ocurriera un milagro, un imposible, siempre la maldita esperanza de que las cosas no fueran como parecían sino como sentía que eran en mi corazón...pero me equivoqué. 
Realmente yo era irrelevante para ti.
 Todavía aún hoy no entiendo esa capacidad tuya de enterrar tus sentimientos y con ellos a las personas que te queremos. ¿ cómo puedes estar tan ciego? ¿ No ves?
Pero no te culpo más que por aliviar mi propia culpa, mi propia penitencia por encariñarme aún sabiendo que no debía hacerlo. Me avisaste, a Dios pongo por testigo de que me avisaste, pero mi alma es kamikaze y no pude evitarlo.  
Una nace  así y ya no cambia, tampoco quise hacerlo, preferí llevar tatuadas en el corazón mil derrotas que una sola de tus cobardes victorias que solo hablaban de huidas y lamentaciones, por lo que no fué, y como bien decías, ya nunca será. 
Aunque creas lo contrario los cobardes nunca ganan, y prefiero morir mil veces por tí que llevar una vida sin sentimientos y llena de huidas a ninguna parte.
No te atreviste a batir tus alas pero a mi eso nunca me frenó, yo hubiera compartido las mias aún a riesgo de estrellarnos, no tenía miedo, tampoco lo tengo ahora, aunque esté dando gritos en medio del desierto sola. 
No tuve ni tengo miedo porque lo dí todo, hice todo cuanto pude por quedarme a tu lado, por tener una oportunidad, por acompañarte en esta locura que algunos llaman vida.
Aún estoy atónita por la facilidad que tuviste de desaparecer de mi vida sin miramientos... Si al menos te tuviera para desahogarme como hicimos miles de veces...pero ya no te tengo y lo peor de todo es que tú tampoco me tienes a mi. 
Ya no podré llevarte a ver la estatua del ángel caido como planeamos, ni acompañarte al parking que contruyeron sobre el antiguo estadio. No podré enseñarte aquél maravilloso museo a cambio de un par de cervezas y no podremos rompernos los zapatos juntos de tanto andar. Juntos. 
No te haces a la idea de lo mucho que echaré de menos ese abrazo que ya no me darás nunca. Soñé con él, aquél día que debí jugar a la loteria, soñé con él, contigo, con nosotros.
Soy consciente de que no debería haber jugado con fuego porque la mano me la quemáste tú pero el corazón me lo terminé quemando yo. 
No busco ningún culpable pero ojaĺá reconocieras que también ardiste conmigo en algún momento, que no todo fué fruto de mi imaginación, que no todo fué un sueño solo mío.
Al menos déjame el consuelo de saber que no fuí tan insignificante para ti, que existimos juntos aunque fuera solo una milesima de segundo, existimos tú y yo, que no todo fué un sueño que no logro olvidar. Yo confieso que no consigo olvidarte, aunque tú no lo sepas. Yo sigo aquí.

sábado, 29 de agosto de 2020

AUNQUE TÚ NO LO SEPAS

 Lo que es inevitable siempre acaba por pasar, y por mucho que nos empeñemos en evitarlo es cuestión de tiempo que antes o después ocurra. Lo peor de todo es que por el camino perdemos muchas cosas, entre ellas, nuestras ganas, nuestras ilusiones, nuestras esperanzas, nuestro amor propio y casi siempre...nuestro corazón.

 Por eso te voy a dar un consejo: nunca deberías pedir a alguien que no entre en tu vida y dejar la puerta entreabierta. 

Si no quieres que entre ciérrala con 7 llaves, con mil cerrojos, con fuertes cadenas, con silicona, con lo que quieras,  pero no seas tan pendejo de dejarla entreabierta porque siempre habrá una kamikaze como yo, que se atreva a colarse por la rendija para chocarse contigo de lleno.

¿ y entonces qué harás ? Si, ya lo sé, destrozarme. Decirme que vos no tienes la culpa de que sea tan tonta como para atreverme a entrar, que nunca tuve cabida, que solo fuí un entretenimiento, un pasatiempo. Alguien que siempre estaba ahí para ti y no te molestaba demasiado...como si yo en vez de una persona fuera solamente humo, un humo que puedes dispersar cuando quieras simplemente de un soplido.

Y de repente adiós. 

Sin ningún tipo de compasión entonas el adiós muchachos ya me voy ya me retiro...y te vas. Y me echas. Y punto. Y se acabó. Y te jodes por haber entrado donde no debías. Por haberme acercado demasiado a tus ruinas me borras del mapa sin miramientos.

Ahora siento a la derrota golpeandome en la cara sin compasión . 

Me has dejado perdida en mitad de la nada, completamente aniquilada y muerta de miedo.

 Porque aunque tú no lo sepas...yo también te inventaba conmigo.

miércoles, 20 de mayo de 2020

DISTANCIAS EQUIVOCADAS

Intento no respirar fuerte por miedo a despertarte, no quiero que nada pueda quebrar la calma que ahora mismo se refleja en tu rostro. 
Quiero que sigas soñando, que sonrías dormido como lo haces ahora,  sin preocupaciones, sin dudas, sin esos malditos pájaros negros sobrevolando nuestras cabezas.

Fuera ha estallado una guerra y todas las distancias se han agrandado hasta convertirse en abismos insalvables bajo nuestros pies. Nuestros pies, los tuyos y los míos.

Solo quiero creer que un instante puede durar una vida eterna. Que la relatividad del tiempo y del espacio existe. Que el abrazo que aún no me has dado llegará algún día aunque la vida se empeñe en decirnos que no.
Ojalá puedas comprender que hay personas perfectas a distancias equivocadas. Que las cosas importantes en la vida son sencillas y por ello, son muy frágiles.

Pero sigue durmiendo amor, no quiero despertarte, y que el mundo se consuma entre llamas allí afuera.


miércoles, 29 de abril de 2020

HUYES

Es lo que haces cuando sientes que alguien puede destrozar el castillo de naipes que tanto esfuerzo te ha costado levantar.
Ese muro infranqueable lleno de excusas que te pones a ti mismo para no ser valiente y enfrentarte a esta preciosa primavera que comienza a florecer. 

Ya floreció anteriormente; varias veces en un puñado de años, pero siempre huyes antes de que estallen todos los colores y su luz lo inunde todo.
Si supieras la suerte, casi el milagro, que es tener varias oportunidades así en la vida...
A veces solo se tiene una, normalmente ninguna. No sabes la fortuna que has tenido.

Sé de sobra que has sufrido demasiado, sé que las heridas fueron profundas y oscuras, ojalá pudieras quedarte con tu paz

Pero el destino es caprichoso y se empeña en  sacudirte las entrañas. No se puede esquivar la primavera. Deja ya de luchar contigo mismo.

Intentas evitar lo inevitable.